
La comunidad demostró su poder. Los usuarios de Digg, indignados, actuaron como un auténtico lobby (y queda claro que lo son) y empezaron a bombardear la página de Digg con mensajes referidos a esta clave. La página se colapsó. Ante esta situación, la empresa decidió rectificar. Kevin Rose, fundador de Digg, publicó la clave en el blog de la empresa, en un post titulado precisamente “Diggea esto”, seguido de los números de la discordia.
Kevin inicia el post reconociendo que “Today was an insane day. And as the founder of Digg, I just wanted to post my thoughts…” Luego explica por qué decidieron borrar la noticia. Y añade: “But now, after seeing hundreds of stories and reading thousands of comments, you’ve made it clear. You’d rather see Digg go down fighting than bow down to a bigger company. We hear you, and effective immediately we won’t delete stories or comments containing the code and will deal with whatever the consequences might be.” La frase final es toda una declaración de intenciones: “If we lose, then what the hell, at least we died trying.”
Ahí queda eso. Otro ejemplo de la fuerza de que la red tiene en la actualidad. Una vez más queda demostrado que infravalorar el poder de la web participativa puede ser muy peligroso, aunque legalmente se trata de un escenario realmente incierto. ¿A qué se expone Digg con esta decisión, con la ley en la mano? ¿Dónde acaba la libertad personal y comienza la privacidad de los demás? Veremos como acaba el tema…
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