jueves, diciembre 13, 2007

Fragancias corporativas

¿A qué huelen las cosas que no huelen? Este conocido eslogan publicitario es perfecto para iniciar el post de hoy. Hace casi un año que os comentaba una nueva tendencia en comunicación: crear un perfume corporativo para fortalecer la imagen y hoy veo un artículo sobre el tema en Bidireccional (aunque el post es de octubre). Paul cita un artículo de Expansión en el que se preguntan: “¿A qué huelen las marcas?”.

Explica el artículo que la “identidad olfativa” de las marcas es la gran olvidada, pues “la mayoría de firmas ha basado su identidad corporativa en la imagen (el logotipo, el patrocinio o el mobiliario de los establecimientos) y el oído (el hilo musical de las tiendas o la melodía de un anuncio en televisión).” Sin duda, el efecto que tienen los olores sobre los consumidores es un aspecto a tener en cuenta. De la misma forma que la música animada incita a la compra, creo que los olores pueden influir positiva o negativamente sobre nosotros a la hora de tomar la decisión de compra. O, como mínimo, contribuyen a que nos sintamos cómodos o no en una tienda, por ejemplo.

Pero volviendo al tema de la identidad de marca, quiero destacar la puntualización de Paul Capriotti, gran experto en el tema: “como siempre digo e insisto en mis clases y conferencias, estamos hablando de un elemento de "comunicación" de los atributos de la identidad corporativa, y no de la identidad de la organización en sí (las imágenes, sonidos y olores son la "expresión visual, acústica y olfativa" de la identidad corporativa, y no la identidad en sí). Por lo tanto, estamos hablando de un instrumento de comunicación, y no de una parte de la identidad de la organización.” Y es cierto que suele insistir en estos aspectos, porque la aclaración me ha recordado a las clases que nos impartió en el máster y a su magnífico libro Planificación estratégica de la imagen corporativa, cuya lectura os recomiendo.

Disney, los hoteles Hilton y los restaurantes Hard Rock ya tienen su propia fragancia corporativa. En España, Pans & Company, Dunkin’ Donuts, Telefónica, Cinesa y Mango, por ejemplo, también se han sumado a la tendencia. Y en el artículo encontraréis más ejemplos. Pero antes de dejaros con la lectura, destaco un dato: “el ser humano recuerda el 35% de lo que huele, frente al 5% de lo que ve, el 2% de lo que oye y el 1% de lo que toca, según un estudio de la Universidad de Rockefeller (Nueva York)”. No es cuestión de obsesionarnos con los olores, pero sí que es un aspecto a tener en cuenta. ¿Habéis leído o visto El Perfume? Dejando a un lado los instintos asesinos y la obsesión por los olores del protagonista, ¿no es fantástico el poder que las fragancias puede tener sobre las personas? Aunque los efectos que aparecen en la historia Patrick Süskind puedan ser exagerados, ¿quién no relaciona un olor determinado con la infancia, con su casa o con los pastelitos de la abuela?

3 comentarios:

Senior Manager dijo...

En un artículo antiguo leí que los ordenadores podrían tener la capacidad de emitir olores dependiendo de lo que va saliendo en pantalla...aquí te dejo el post de donde lo vi hace tiempo ya:
http://www.alambre.info/2004/06/14/olores-desde-la-computadora/

De esta forma cada marca podría hacer que un olor saliera del ordenador dependiendo de lo deseado por una empresa en particular...La verdad es que lo veo viable como herramienta de publicidad en pocos años...

Blogocorp dijo...

¡Qué curioso! No lo había oído nunca. Pues sí que me extraña que no hayan explotado ya la idea, sí. Tiempo al tiempo.

¡¡Gracias por el enlace!! Con lectores así da gusto :)

Carlo Rodriguez dijo...

En realidad si hubieron 2 o 3 Startups que intentaban crear un sistema para transmitir olores a inicios del 2000, pero quedaron en nada por falta de presupuesto.